miércoles, 3 de noviembre de 2010

Crítica a una gran mentira

      Desilusionada con la vida, escribo esta historia real.
Me dirigía al baile de gala en honor a un ilustre millonario, entre todos los allí presentes, yo era la menos adinerada de todos. Gente impoluta de smoking, de gala,  bajaban radiantes de sus falsas carrozas de caras marcas ilustres, para gente rica. Yo baje de un simple autobús de la línea 676, mi gran carroza, sucia y llena de chicles ennegrecidos por doquier.
En la puerta me esperaban mis tres amigas, Mary White Snow, Anne Red Hood y por último Rachel Sleep, todas ellas asquerosamente ricas, me adentro en las profunda boca del Lobo, un lobo feroz  y devastador, ¿cómo lo podría nombrar? ¿nobleza? Claro que por supuesto al mayoría de ellos no poseían títulos, solo eran simples banqueros o personas con una fortuna y una suerte tremendamente grande.
Una vez dentro de la fiesta, aquello parecía más bien una pelea de gallos puesto que todos envestían sobre otros con graves mentiras y bulos.
Como no, mis amigas siguieron aquel juego frio y sin escrúpulos. Yo me quede sentada esperando despertar una pequeña chispa de humanidad en alguno de aquellos seres frívolos.
Si, muchos príncipes azules pero ninguno como los de los cuentos,  ¡¡ que me podría esperar de aquél grupo de gente!! Recapacite seriamente en irme. Salí al jardín para dar un paseo, estuve allí hasta las  00:30, hasta que mis amigas, perdidamente confusas por el alcohol se fueron con tres ricos herederos, yo hice el papel de mula de carga, no tenía tiempo o se irían sin mi así que fui corriendo, en el intento de llegar a la gran limusina “carroza” un tacón se salió por mi fino tobillo y me quede descalza, mejor no recordar lo que vino a continuación.
Así que niñas, yo os digo una cosa, no os dejéis engañar, no existe, ni jamás existirá una carroza o un príncipe azul, y tampoco nadie te vendrá a devolverte un mísero zapato, puesto que…                                                           

                                                                                    Los finales Felices, son historias sin acabar.

5 comentarios:

  1. Exacto, yo tampoco creo en el 'Fueron felices por siempre', por el simple hecho de que no es humanamente posible, esos cuentos son inconclusos.

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  2. y si hay principes azules terminan por ser verdes^^la verdad es que tienes razon¡¡

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. que bella forma de narrar cada acontecimiento. me ha encantado pero a la vez me da nostalgia. a veces como dices tu muchas cosas son apariencias nada real.

    no hay como ser transparente, unico y verdadero.

    linda historia me encanta leerte..

    te dejo un beso.

    y te seguire en tu nuevo hogar.

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  5. Los finales felices sí que existen. Mis padres son la prueba viva de ello, nunca he visto a nadie que esté más unido.

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