miércoles, 10 de noviembre de 2010

Un vampiro en la habitación.

Acercándome a aquella figura, entre la oscuridad, dibujada por las sombras de una vela,  mi corazón humano se acelera.
Me atrae con su trágico encanto, me atrapa entre sus brazos, siento su frio corazón ardiente de pasión. Me muerde, me muerde y no me suelta, me consumo a un ritmo vertiginosa, pero una pasión macabra, o tal vez locura transitoria me empuja a continuar bajo su hechizo de muerte.
Mi cuello ensangrentado se mezcla ahora con mi largo cabello...    dkÑFKRcjiedjs

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