sábado, 18 de septiembre de 2010

La felicidad perdida de Aarón

Mi nombre es Aarón, tengo 17 años, y como diría mi madre y mi padre, soy un bicho raro, más exactamente gótico con tendencias un poco emos, ya me entendéis.  Mis padres no entienden mi forma de ser, me temen, no entienden mis sentimientos, y eso duele, nos distanciamos hace mucho tiempo. Y en mi mundo no existe nadie solo yo, no es que no me quiera relacionar, es que la gente me ignora, o más bien me temen, como mis padres, así que ya veis, se podría decir que estoy completamente solo.
Mi mundo es mi música, y mis dibujos, y la hora de ir al instituto es un horror, la gente se comporta de manera agresiva con las cosas que no entienden, y más de una vez, al salir de clase me han pegado hasta el punto de dejarme inconsciente, pero la contestación de mi padre y mi madre es “normal, si no fueras así de raro”. Y yo me sentía culpable por ser así.
Cuando volvía a mi habitación todo se paraba y solo por un instante, podía ser medianamente feliz.
Toda mi infancia fue difícil, mi padre me pega puesto que no era como el quería, y mi madre me castigaba por no ser estudioso, así que a mi único amigo, mi mejor amigo, la deje de ver, y un día de repente, se mudaron y no le volví a ver jamás.
Hoy, 18-1-2004, me despierto, me visto, escucho un silencio extremadamente cargado de mensajes por parte de mis padres, y me voy al instituto. A la salida, me dirijo hacia mi casa por una angosta calle, detrás de mí se escuchan pasos, ya sé lo que quieren decir, así que acelero el paso, sin previo aviso, una mano aferra  mi mochila con fuerza y me tira al suelo, me empiezan a pegar fuertes golpes sobre todo mi cuerpo, yo intento cerrar los ojos, y deseo que pase pronto, de repente, noto que los golpes cesan. Abro los ojos, veo a los chicos corriendo, y una figura imponente, se acerca a mí, es un chico, se agacha y me tiende la mano.
-¿Estás bien?, Aarón- El chico sonríe, pero no sé quién es, pero desde luego el si sabe quién soy, y eso desde luego me desconcierta, y mucho.
-Sí, creo que estoy bien- me levanto, y seguidamente, me desmayo.
Estoy en mi habitación, estoy a oscuras, pero sé que hay alguien, entre las sombras sale un chico, le miro fijamente, ¿Qué hace alguien en mi habitación?
-Aarón, ¿me recuerdas?-me dice el chico con voz alegre, muy distinta a la mía, que es monótona, sin vida, y sin ningún tipo de gracia.
-¿Erik?
-¡¡¡Sí!!! Cuanto has cambiado, amigo mío- De repente,  e inesperadamente, se dibuja una sonrisa en mi cara, evidentemente era él, solo ha hecho falta unas palabras suyas, para sentirme que pertenezco a una parte de algo. Así era Erik, solo unas palabas y eras la persona más feliz del mundo, aunque se te muriera tu perro, tu hámster o tu abuela, el siempre tenía las palabras adecuadas. Me siento en la cama, el se queda de pie viendo mi amplia colección de posters de Evanescence y otros muchos cantantes.
-Si señor, está muy buena- dice Erik, y me guiña un ojo.
-No tengo el poster ese para lo que tú piensas.
-Lo sé. Pero esta buena- dice sonriendo, se acerca a mí y me revuele el pelo cariñosa mente- no seas así de frio, tú no eres así, y lo sabes.
-Ya, pero la sociedad me ha convertido en esto, desde que te fuiste creo que no he hablado con nadie, dejaste un gran hueco en mi corazón, que nunca se llego a cerrar y todavía sangra- Erik pone una cara rara, después se ríe.
-Ehh a mí no me vengas con esa poesía extraña emo. Y además ha sonado preocupantemente mal. Vamos a salir a dar una vuelta.
-¿enserio?
-¡¡Claro que sí!! ¡¡Ah pero quítate esas pintas, y ponte ropa normal!!
-Vale- Agacho la cabeza, decepcionado y triste, pensaba que él era el único que me entendía y no tenia prejuicios hacia mi. Pero me equivoque.
-Oye… sabes que era broma, ¿no?- me coge la barbilla, y me alza la cara, estoy llorando- No… lo siento si te ha jodido, lo siento enserio.
- No es por eso, es porque me alegra mucho de que estés aquí.
-Ya, tío y yo también me alegro mazo de verte- me sonríe y me vuelve a despeinar, yo me rio, y después me asusto, ¿era tan fácil? he estado todos estos años de mi vida sin reírme, ¿y era tan fácil? En ese momento algo en mi interior cambia.
-Espérame aquí, ahora vuelvo- Voy al baño, me pongo una camiseta gris, una camisa negra, desabrochada, unas pantalones vaqueros, y mis converse negras, me desmaquillo, me mojo el pelo y me lo dejo despeinado, me miro al espejo, me sonrió,  me caen una lagrima por la mejilla, seguida de ciento de miles, pero no dejo de mirarme, era tan fácil ser feliz, y era incapaz de verlo, teniéndolo tan cerca, y pienso en todas esas personas, que como yo se piensan que no hay futuro feliz, que todo el mundo es negro, pero la felicidad se encuentra en las cosas pequeñas, en las cosas que en realidad significan ALGO, y que despiertan sentimientos en las personas, en mi caso fue mi amigo. 
¿Y en el tuyo?

4 comentarios:

  1. En las pequeñas cosas, sin duda alguna, o como dice Amalia Bautista, querer, tener a alguien que nos quiera.

    Saludos :)

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  2. Esta me encantó! Sin duda :)
    Chispas de Felicidad!

    DISFRUTA!!

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  3. que bonito! la felicidad esta al alcance de cualquiera :)

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  4. No hay mucha originalidad, pero algunas son descaradas.
    Un saludo y gracias por pasar.

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